Inmensa e imponente, Playa Grande es el corazón de este parque nacional. Los surfistas dominan las olas, pero se dejan llevar por los atardeceres. Por la noche, caminan sobre la arena bajo las estrellas, mientras la tortuga Baula regresa hacia el mar.

Una piedra gigante se eleva sobre el mar y las olas se transforman en túneles; todo surfista sueña cruzar en su tabla aquel pasadizo de agua. Playa Naranjo, también llamada 'Peña Bruja', es un destino rodeado por las montañas del Parque Santa Rosa y protegido por los jaguares que dan vida a la selva.

Fruto de un árbol que alcanza los 10 metros de altura, el tamarindo se convierte en una bebida refrescante e intensa, tanto como el pueblo que lleva su nombre. Un verdadero cóctel que entremezcla surf, pesca, tours en cuadraciclo y rutas inolvidables con paradas en playas de arena blanca.

Desde la costa, Avellanas parece una pintura. La playa está resguardada por las altas palmeras que se levantan en fila. De un costado a otro, ofrecen sombra a los surfistas que buscan refugio del sol y comparten espacio con la vista infinita.

Si el plan es conocer un pueblo pintoresco, rodeado por extensas playas, con las fuertes olas y los monos congos como música de fondo, este es el destino ideal. La pequeña comunidad cuida el arribo de las tortugas a la costa, que atareadamente llegan para desovar.

Apasionado por la naturaleza, Leo siempre está capturando sus momentos más memorables. A los visitantes asombrados, les muestra las aves más extraordinarias de la provincia, como los quetzales, pájaros campana y tucanes. Y no los deja partir sin antes enseñarles sobre el desove sagrado de las tortugas.

Cerca de Playa Grande, Brooks y David se conectaron. Antes, ella recorrió el mundo con su tabla y la bandera tica; compitió en grandes torneos y cuando regresó a su hogar, se enamoró del yoga. Como él también ama surfear y la vida guanacasteca, escogieron la naturaleza de Costa Rica como su jardín, donde hoy crían a su hijo Adam.

Tamarindo lo cautivó hace 12 años, cuando aprendió a dominar las olas de su famosa playa. Después de competir y recorrer los mejores puntos de surf del país con su tabla, Víctor descubrió otra vocación: Enseñarle su deporte favorito a los que llegan a su rincón.

Helena tenía 16 años cuando llegó a Nosara, Guanacaste, donde se entrelazan las playas largas y las olas increíbles con una comunidad que vive en permanente equilibrio con el ambiente. Hoy, en medio de este entorno único, la joven describe su vida con tres palabras: Surf, surf y surf.

En un destino virgen, rodeado por los árboles robustos que marcan el camino, se esconde San Juanillo, una playa de mar multicolor y arena blanca. Aquí, Zimmermann pesca, cocina y disfruta explorando junto a viajeros. Además, suele visitar Ostional, la playa vecina en la que cientos de tortugas desovan año a año.

Desde la adolescencia, la playa era el respiro de Carlos y José, dos buenos amigos del colegio que alistaban sus mochilas y salían en busca de los destinos más vírgenes de Costa Rica. Juntos han explorado más de 230 spots y documentado sus recorridos para crear el primer buscador de playas del país, GOPlaya.